Una breve siesta, conocida como “Power Nap,” puede revolucionar tu bienestar y eficacia diaria.
¿Cuánto debe durar realmente una “Power Nap” (siesta poderosa) para obtener sus ventajas? Pablo López, psicólogo y experto en el tratamiento del insomnio, nos da la respuesta: entre 20 y 30 minutos, idealmente cerca del mediodía. Estas siestas breves impulsan la renovación, el rendimiento y el estado de ánimo, mientras que también mejoran la memoria y la capacidad cognitiva.
Sin embargo, como advierte López, las siestas largas pueden afectar negativamente tu sueño nocturno y dificultar la recuperación de un estado de alerta óptimo. Entonces, ¿cuál es el límite? Nuestros expertos concuerdan: después de una hora, las siestas pueden ser perjudiciales y se asocian con problemas de salud como hipertensión y sobrepeso.
El éxito de las “Power Naps” se refleja en Buenos Aires, donde la fábrica de colchones Calm inauguró un siestario gratuito, con una demanda tan alta que los cupos se llenaron rápidamente.
Pero aquí viene la advertencia del Dr. Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas: el descanso insuficiente puede tener efectos adversos graves en la salud, desde el sobrepeso hasta enfermedades cardiovasculares y demencia. La “Power Nap” es una rutina innata que a menudo perdemos con la edad y recuperamos en la adultez. Esta práctica puede potenciar el aprendizaje y reducir la presión arterial, pero su efectividad puede variar según tu horario de trabajo.
Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, añade que las siestas cortas buscan energizarte sin sumergirte en los sueños profundos y podrían ayudar al cerebro en su proceso de limpieza de toxinas.
En resumen, la “Power Nap” es una aliada poderosa para tu salud y rendimiento, pero como en todo, la moderación es clave. Si deseas mejorar tu bienestar y eficiencia, considera agregar una breve siesta a tu rutina diaria, pero recuerda mantenerla dentro de los límites recomendados. ¡Tu cuerpo y mente te lo agradecerán!
